- Frecuencia respiratoria elevada: entre 40 y 50 respiraciones por minuto, respiración superficial y respiración que permanece elevada después de dos minutos de descanso.
- Frecuencia cardíaca elevada: un pulso de más de 80 latidos por minuto que no disminuye después de dos minutos de descanso.
- Aumento o ausencia de sudoración: sudoración en todo el cuerpo o, peor aún, si su caballo deja de sudar por completo.
- Temperatura elevada: una temperatura rectal de 103 °F o más
- Letargo: signos de depresión, desinterés por la comida, tropiezos o colapsos.
Consejos para el cuidado de los caballos en condiciones climáticas cálidas
El verano es la época perfecta para tener un caballo. El circuito de exhibiciones y competiciones está en pleno apogeo. Las granjas y los ranchos rebosan de actividad. Los días largos y soleados son propicios para paseos tranquilos por senderos. Pero el clima cálido y la alta humedad del verano plantean graves riesgos para la salud de la mayoría de los caballos y ponis. Afortunadamente, existen formas sencillas de ayudar a mantener a su caballo fresco y saludable, para que puedan aprovechar al máximo el verano juntos.
Para ayudar a su caballo a combatir el calor, tenga en cuenta los siguientes consejos: Utilice un balde de agua adecuado para ofrecerle con frecuencia agua fresca, limpia y fresca. Los caballos de competición de tamaño medio pueden consumir más de 25 galones de agua por día cuando la temperatura supera los 70 °F. Además, mantenga los bebederos y los tanques de almacenamiento limpios y libres de insectos para promover el consumo.
Ofrezca a su caballo un refugio para escapar del sol mientras pasta en el campo con un cobertizo. Además, saque a pasear a su caballo lo más temprano posible por la mañana para evitar el calor. Para combatir los mosquitos y las moscas a primera hora de la mañana, utilice repelentes, máscaras y sábanas adecuadas.
Utilice electrolitos para reponer la pérdida de sal durante la sudoración excesiva con un suplemento de electrolitos adecuado, como Formula 707® Restore Paste , especialmente con caballos de competición o cuando la temperatura y la humedad combinadas superan los 140 °F. La pérdida grave de electrolitos provoca fatiga, calambres musculares, cólicos y más.
Mantenga los establos y los refugios al aire libre bien ventilados. Refresque a su caballo mientras descansa en el establo con ventiladores de establo adecuados. Si es posible, deje las puertas y ventanas del establo abiertas e instale ventiladores nebulizadores cerca de cada puesto. Elija un cobertizo con un diseño abierto para promover el flujo de aire.
Frote con una esponja agua fría sobre el caballo, especialmente en los grandes vasos sanguíneos debajo del vientre y el cuello y en la parte interna de las patas. En caso de calor extremo, rocíe una mezcla 50/50 de alcohol isopropílico y agua fría sobre su cuerpo para ayudarlo a sudar.
La nutrición es siempre clave para ayudar a los caballos a lidiar con el estrés del clima cálido. Alimente con heno de calidad, especialmente porque el clima cálido ralentiza el crecimiento del pasto y disminuye la calidad del pasto. El heno aporta energía, que su caballo necesita para ayudar a regular su temperatura corporal y potenciar sus procesos naturales de enfriamiento.
Recorta el pelaje de tu caballo y mantén la crin y la cola recortadas. Aplica un protector solar con óxido de zinc en las narices rosadas para ayudar a prevenir las quemaduras solares. Utiliza champús con protector solar añadido para ayudar a proteger contra los rayos UV y las quemaduras solares.
Signos de insolación: Un error muy común es pensar que el calor del verano solo afecta a los caballos de trabajo o de exhibición. Esto no es cierto. Si bien los caballos activos son más susceptibles a un aumento de temperatura, el calor extremo puede pasar factura rápidamente a cualquier caballo. De hecho, la insolación puede ocurrir si su caballo está arando un campo, parado en un establo sofocante o viajando en un remolque. La insolación ocurre cuando su caballo no puede eliminar el exceso de calor de su cuerpo. El cuerpo de su caballo tiene un proceso de enfriamiento natural. Sin embargo, el calor y la humedad extremos pueden superar la capacidad de su caballo para enfriarse. Para compensar, el cuerpo redistribuye el flujo sanguíneo más cerca de la piel, lo que ayuda a enfriarse. Este mecanismo hace que los órganos internos y el cerebro reciban menos oxígeno. Agregue a la mezcla la sudoración excesiva, que causa una pérdida de líquidos y electrolitos, y los resultados pueden ser desastrosos. Los signos de insolación, también conocidos como estrés por calor o agotamiento por calor, incluyen: